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break free

Basta de poner todo tu valor en tu cuerpo, tu imagen, en lo que el patriarcado decidió crear para mantener su poder y quitarnos nuestro poder al hacernos creer que no valemos porque nuestra imagen no cumple con determinados requisitos insignificantes y que en el 99% de los casos ni siquiera dependen de nosotras.


No digo que no importa la imagen, que da igual los kilos de más o de menos que tengas. No digo que no está buenísimo sentirse hermosa.


Digo que hay un límite.


Un límite entre buscar sentirse bien y permitir que te acepten, te aplaudan, te quieran por como te vean y sopesen como digno.


Entre quererte y querer que los otros determinen si vales o no.


Entre decidir si hermosa es algo que sentís o algo que pones en manos de otro para que juzgue como se le cante.


VOS VALES.


Solo por el hecho de existir. Por ser humano. Por sentir. Por amar. Por reír. Por llorar. Por vivir. Por ser.


No tenés que rendirle cuentas a nadie.


Si tenés que rendirle cuentas….no te merece. No pierdas tu tiempo ni energía. Invertilo en algo que ames, que te haga vibrar, que te eleve, que contagie amor, que inspire a vos y a otros...que te haga hermosa….pero esa hermosura de verdad, tuya, única, que nadie puede copiar y que todos pueden sentir, pero no explicar. La belleza que sólo vos tenés y tenés el poder de traer a este mundo. 🙌 Lo dijo Marianne Williamson… «Nuestro mayor miedo no es que seamos inadecuados, sino que somos inmesurablemente poderosos. Es nuestra luz, no nuestra oscuridad lo que más miedo nos da. Nos preguntamos «¿Y quién soy yo para ser brillante, hermoso, talentoso, maravilloso?» En realidad, quien sos para no serlo? Sos un hijo de Dios, del Universo. Hacerte chiquito no le sirve al mundo. No tiene nada de iluminado encogerte para que otros no se sientan inseguros alrededor tuyo. Todos estamos destinados a brillar, como lo hacen los niños. Hemos nacido para manifestar la gloria de Dios que existe dentro nuestro. No está solo en algunos. Está en todos. Cuando permitimos nuestra luz brillar, inconscientemente permitimos que otros hagan lo mismo. Al liberarnos de nuestro propio miedo, nuestra presencia automáticamente libera otros.»

Despertate. Sete fiel. Esta vida es corta. Es una. No la desperdicies buscando que los otros determinen si mereces ser feliz. Te lo digo yo. Lo mereces.

Jugate.

Es un camino largo. Pero vale la pena. Por vos. Por tus hijas. Por las mujeres que amas.



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